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Venezuela se prepara para una nueva contienda electoral, en esta oportunidad para elegir a quienes se encargarán de crear leyes en un debate amplio en la Asamblea Nacional, a beneficio del pueblo venezolano.

En 2015, el parlamento acogió a una mayoría de quienes se oponen al gobierno de Nicolás Maduro. Se trata de la segunda victoria obtenida por la derecha venezolana desde que el fallecido Hugo Chávez tomó el poder hace más de dos décadas.

No obstante, la AN se ha vio trabada por el régimen, que luego crearía una Asamblea Nacional Constituyente para frenar cada paso de los diputados opositores.

Como si fuera poco, esta se vio privada de sus funciones por el Tribunal Supremo de Justicia, quien la declaró en desacato.

El gobierno de Nicolás Maduro ha reiterado en que lo único que ha hecho la AN ha sido entregarle los recursos al imperio estadounidense, que se ha compaginado para solicitar sanciones a Venezuela y, por sobre todo, que ha traicionado a la Patria.

Luego de este breve preámbulo, viene el 2020, el oficialismo ha apostado por una contundente victoria en los comicios de este 6 de diciembre, los mismos a los que los líderes opositores han dejado claro que no participarán y la catalogan como una farsa. Ellos aseguran que el país no presenta las condiciones para realizarse el proceso electoral.

No obstante, la Constitución es clara y ordena elecciones este año. “Llueva, truena, o relampaguee, las elecciones van”, es la frase que los oficialistas mantienen en cada alocución.

Un proceso en medio de la pandemia y, que ya se ha realizado en otros países. El régimen dice mantendrá los cuidados sanitarios para evitar el contagio del nuevo coronavirus.

Sin embargo, el Covid-19 no solo está en las preocupaciones de los venezolanos, hay una parte de los electores que no está a gusto con algunos cambios que ha habido en el registro electoral. La comunidad indígena, de la selva de Delta Amacuro.

Una mayoría de los warao ha repudiado los cambios de residencias que ha hecho el Consejo Nacional Electoral. Si bien, una parte de los originarios ha decido votar, no implica que lo haga por su candidato de preferencia.

Un no tan claro sistema que ha implementado el CNE ha ocasionado disgustos entre los warao, donde los ubican en sitios diferentes para sufragar. No se habla de un cambio entre instituciones, sino de comunidades, parroquias, municipios, incluso, en otros estados.

Este mecanismo ha causado molestias, sí. Usted señor lector, saque sus propias conclusiones.

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