OCTUBRE 2020.- El proyecto “Risas pendientes” emprendimiento venezolano que desarrolla biotecnología por medio de impresión 3D, ganó el premio «Cazón Tank» Caracas 2020, que promueve la Organización Aprendo y Emprendo desde la isla de Margarita, con su programa Young Entrepreneur.
El concurso es una fase del programa Young Entrepreneur que forma e impulsa proyectos de emprendimientos en la población juvenil y se ha extendido a todo el país teniendo una red organizada con centenares de jóvenes emprendedores.
Luego de una gira por 10 estados de Venezuela en 2019 de la caravana del Emprendimiento de Young Entrepreneuer, en marzo pasado correspondió el turno a Caracas y en alianza con el Centro Venezolano Americano Las Mercedes y el Centro Cultural de la Universidad Católica Andrés Bello, se desarrolló el programa bajo la modalidad Online. Tras la participación en el Cazón Tank de interesantes proyectos, el jurado escogió una idea enfocada en la biotecnología.
Su cofundadora Ana Corona, una joven de 22 años, estudiante de biología, explica que el equipo de “Risas Pendientes” lo conforman ingenieros y odontólogos, y consiste en la fabricación de mallas de contención ósea y férulas quirúrgicas, que persiguen el objetivo social de devolverle la sonrisa a aquellas personas con problemas de salud referidas al área bucal.
En su caso, la la iniciativa surgió de una situación personal, “mi papá tuvo muchos problemas de salud y eso me hizo conocer la precariedad del sistema de atención medico”, luego descubrió que en Venezuela una de cada 10 personas sufre de lesiones maxilofaciales y el tratamiento es costoso e invasivo.
“La diferencia es que el tratamiento normal implica dos intervenciones que aumentan costos, una para agregar mallas o placas de titanio y otra parte extraerlas. Nosotros fabricamos una malla de contención con materiales biodegradables, osea el organismo la absorbe completamente por lo que no se necesita una segunda operación. Esto además de bajar costos reduce los riesgos de una segunda entrada a quirófano y por tanto se hace más accesible a las personas”.
La experiencia muestra lo que es el espíritu emprendedor y es ejemplo de cómo se logran cosas maravillosas cuando los sentimientos negativos se transforman en positivo. “No quise quedarme con la rabia de ver lo que sufren las personas por una enfermedad o situación de salud sino que decidí hacer algo, por eso en el 2018 con otros socios, dos ingenieros mecánicos y odontólogos, fundamos Risas Pendientes, para hacer accesible un tratamiento a aquellas personas que lo necesiten y no tengan tantos recursos. Disminuir esa brecha entre los tratamientos de calidad y la capacidad de pago”.
Precisamente sobre la experiencia en Young Entrepreneur, Ana Corona expresa que le ayudó a crecer como persona y a “Risas Pendientes” como empresa. “Me quedo corta si digo todo lo que aprendí además de conocer a muchas personas que ahora son mis amigos y apoyo”. Agradeció al jurado su criterio para escoger el proyecto, pues el capital semilla ganado les permitirá crecer. La meta es que en el 2022 “Risas pendientes” este en Latinoamérica.
El programa Young Entrepreneur sigue adelante con proyectos de apoyo al emprendimiento a nivel nacional, enfocándose este año en objetivos de inclusión de allì que creó un programa para personas con discapacidad y otro para jóvenes madres con ideas de negocio en marcha o en proyecto.
NDP