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A decir verdad, ha sido indetenible la actividad del Dr. Abraham Gómez, quien el año pasado aceptó la invitación de varias universidades del país para dictar conferencias sobre la Guayana Esequiba; sin embargo, en los últimos meses, a pesar de la pandemia ha continuado en contacto con los medios audiovisuales (radio y televisión) y a través de la Red llevando el mensaje de conciencia a la población venezolana en general.

Para el día (22) de este mes se realizará un foro virtual (vía Zoom), organizado por la Fundación Venezuela Esequiba, evento cuando al Dr. Gómez le corresponderá exponer e interactuar con los participantes sobre el litigio por la Zona en Reclamación. La parte, sobre la cual disertará, ha sido acotada desde 1966 hasta el presente. A ese tramo los organizadores lo llaman el Esequibo Republicano.

Siempre nos agrada dialogar con el Dr. Gómez, quien también es Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua. De entrada, le decimos, que de acuerdo con lo que él ha venido publicando en sus artículos, uno llega a sacar la conclusión que la representación de Guyana está dispuesta a dar por finalizado este asunto ya, de una vez por todas.

-Exactamente, como lo estás señalando, – expone el reconocido estudioso de este caso—los coagentes que nombró la excolonia británica para insistir en su demanda contra Venezuela se han instalado desde hace varios meses en La Haya, sede de la Corte Internacional de Justicia, con la intención de presionar, y que este Alto tribunal se pronuncie favorablemente a ellos; según la Pretensión Procesal (petición) que han hecho. Inclusive, acaban de adicionar un escrito, que se denomina addedum, para que, si nuestro país no se presenta en el juicio al cual no está obligado a asistir, la Corte proceda a sentenciarnos en ausencia. A tales efectos jurídicos, la delegación guyanesa invoca el artículo (53) del Estatuto del citado Tribunal. No obstante, la Corte debe revisar primero con exactitud, si posee la debida competencia y jurisdicción para conocer forma y fondo del caso, conforme a los artículos (36) y (37) de la precitada Norma.

En las condiciones en que se encuentra ahora Venezuela; prácticamente desvinculada de la comunidad internacional. Si a eso le agregamos, como usted sabe, la presión de las empresas petroleras que tienen sus intereses en el área que reclamamos; le preguntamos: ¿todavía podemos abrigar alguna esperanza que la decisión de ese Tribunal nos sea favorable?
-Primero debemos concitar solidaridad plena de toda Venezuela, en este caso de litigio centenario. Nos corresponde actuar y emitir pronunciamientos en un mismo contexto e intención; por encima de posiciones ideológicas, religiosas, económicas, sociales.

Estamos en presencia de una Política de Estado. Ciertamente, están pesando bastante los intereses de las transnacionales que operan a diestra y siniestra en esa zona que vilmente nos despojaron, y en su proyección atlántica.

Pero, ¿puede llegar a producirse una sentencia a favor de Guyana; por cuanto Venezuela no se presente en el juicio?

De producirse una decisión con esas características constituiría una aberración jurídica; porque la Corte está obligada revisar si ella posee competencia y jurisdicción (que no los tiene); además, para acudir ante esa instancia en un pleito interestatal, debe ser de mutuo acuerdo de las partes en controversia. Guyana presentó la demanda unilateralmente, sin agotar los otros elementos que contempla el artículo (33) de la Carta de las Naciones Unidades, en situaciones similares; vale decir: la investigación, la conciliación, la mediación, el arbitraje antes de ir al arreglo judicial. Ellos no quieren más nada con la figura del Buen Oficiante, con el cual se vino llevando el caso hasta el año 2017.

No creo que la Corte se lleve por delante su propio Estatuto para complacer a la contraparte, que está desesperada por quedar bien con la Exxon-Mobil y el resto de los consorcios internacionales que financian la presencia de los coagentes guyaneses en los Países Bajos. No creo que la Corte se atreva a tanto; ya que son conocedores de que Venezuela no es signataria del Pacto de Bogotá de 1948.

¿Para cuándo se dará la decisión de la Corte Internacional de Justicia?
-Estamos expectantes para los próximos días. Tal vez, en este mes de septiembre la Corte determine si posee o no la debida competencia y jurisdicción para este litigio. Nos corresponderá, entonces, esperar lo que ellos decidan para establecer nuevas estrategias.

Concluyó diciendo el Dr. Abraham Gómez, quien ha dedicado muchos años al estudio académico de este interesante asunto venezolano. Inclusive ha sido su tesis en pregrado y postgrado(doctoral).

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