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A juicio de Juan González, la gobernadora Lizeta Hernández Abchi sin querer queriendo, aplicó la “teoría de la cochina”, esto es, si te quedas callada te lo llevas y si chilla, la sueltas, pues ella tuvo que parar, recular, dejar sin efecto un decreto, al parecer, elaborado entre gallos y  la medianoche del domingo 28 de junio, un decreto de última hora.

Acota el educador y dirigente político: “según el decreto de la primera mandataria, en la semana comprendida entre  el lunes 29 de junio y el domingo 5 de julio, o sea, la semana pasada, el comercio trabajaría lunes , miércoles y viernes  de 8am a 12m, lo cual quiere decir que el sector terciario, el lugar de las 28 horas permitidas en las semana de flexibilización, apenas laboraría 12 horas entre los tres mencionados días  como si fuera una semana de cuarentena radical, lo cual contrastaría, colibiria, chocaría  con el llamado plan 7×7 concebido e implementado por el Gobierno Nacional para flexibilizar las medidas  del aislamiento social, derivada del combate  contra las amenazas del coronavirus.

Recordó también el ex presidente de la Asamblea Legislativa del Estado Delta Amacuro y ex alcalde del municipio Tucupita que al final de la mini cadena del sábado 27 de junio, el ministro de Comunicación e Información Jorge Rodríguez mencionó los llamados estados y municipios críticos los cuales según criterios del Gobierno Nacional que se mantiene la cuarentena radical.   En esa lista no hizo alusión a Delta Amacuro ni en casos asintomáticos, positivos, sometidos a la llamada prueba rápida, ni mucho menos de muertes reportadas por el covid 19.

Por eso los deltanos casi nos caímos hacia atrás, como Condorito, cuando el lunes 29 de junio, sorpresiva e inexplicablemente el transporte público no laboró y no hubo actividad bancaria y ya casi hasta media hora antes de las 12 del mediodía, muchos establecimientos comerciales tuvieron que cerrar compulsivamente por orden de las autoridades militares y policiales,  a pesar  de que había mucha gente en las colas para proveerse de algunos productos lo ocurrido  ese lunes me hace pensar, me da la ligera sensación de que los funcionarios de la Sala Situacional del Gobierno Estadal ni siquiera ven las cadenitas, cadenas y cadenotas del Gobierno Nacional

La reacción airada, gallarda y contundente por parte del comercio local en protesta por esos atropellos, era de esperarse por cuanto esa medida de restrictiva afectaría aún más a este sector de la economía, ya que contribuiría a disminuir   el volumen de sus ventas al comercio en general, perjudicando fundamentalmente a la gran cantidad de propietarios de establecimientos comerciales que deben pagar inmediatamente a los proveedores de mercancía, que son pechados con impuestos nacional, estadal y municipal, que deben pagar nóminas y están pagando a precio dolarizado por concepto de alquiler  de los locales donde trabajan.

El zafarrancho suscitado ese lunes fue lo que indujo a la Cámara de Comercio a convocar de urgencia a todos su afiliados a una reunión, lo cual avizoraba o auguraba la posibilidad de un paro parcial del comercio local en protesta contra esas excesivas limitaciones, similar al contundente y exitoso paro del lunes 12 de agosto del año pasado contra la pretensión de la alcaldía de Tucupita de pechar las actividades económicas y sobre todo al comercio local con montos desproporcionados.

La reedición de un paro parcial, o quizás, la posibilidad de una paralización indefinida de la actividad comercial  obligó de hecho a la gobernadora, a rectificar ese decreto “trasnochado”, lo cual, aunque mínima, en comparación a la serie de disparates que se dicen  y la cadena de desaciertos en cantidades industriales habidos en los últimos 4 años de su gestión, es una buena señal, es una muestra de sensatez de  la primera autoridad civil del estado, que yo valoro como positiva, felicito y aplaudo, recogiendo e interpretando el clamor y sentimiento de la mayoría de los tucupitenses termino expresando.

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