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El colapso de una laguna de aguas servidas y la falta de servicios públicos, ponen en riesgo la tranquilidad y el bienestar de más de 720 familias en esta comunidad ubicada entre la avenida Orinoco, San Juan y San Rafael, justo frente al matadero Municipal de Tucupita.

Vecinos de la comunidad de Nuestra Señora de Coromoto, municipio Tucupita, han acatado las normas de prevención como medida protectora contra la COVID-19, pero por otro lado, se encuentran atrapados por un largo rosario de dificultades que los mantiene en jaque.

Desde hace años aguardan por la visita de alguna autoridad que constante cómo está una laguna de aguas servidas que se halla en medio de la comunidad, la falta dee vías de penetración, alumbrado público, agua potable y la culminación de algunas viviendas donde solo existe la placa de cemento.

En el trabajo que viene realizando El Periódico del Delta en las comunidades del municipio Tucupita, el equipo de este diario se trasladó hasta la populosa zona Nuestra Señora de Coromoto, para obtener la información directa de los protagonistas de la historia, a quienes le sobran las ganas de trabajar por la restauración del lugar en donde han levantado sus familias durante años.

Para obtener detalles precisos, se hizo contacto con Yorbis Camacho, miembro del comité indígena del consejo comunal del sector La Coromoto. Él nos llevó hasta donde se encuentra la laguna de aguas servidas, la cual está a punto de rebosar por la falta de drenaje.

María López, habitante

María López, quien habita desde hace más de 15 años en el sector, refirió sobre el hecho «que muchos de los que se mantienen allí han crecido y han formado a sus propios hijos sin emigrar a otros lugares». Explicó que las aguas putrefactas caen en la laguna lo que puede provocar a medida que pasen los días, se desborde una vez que entre con fuerza el invierno.

“Por aquí no ha venido nadie del gobierno a visitarnos pero. Nosotros tenemos que vivir con esos olores nauseabundos a la hora de llevarnos el pan a nuestra boca; debido a que los excrementos pasan en frente de nuestras casas”, expresó.

Por si esto no fuese suficiente, se adiciona el hecho de que no hay vías de acceso a la comunidad.

Flor Camacho, habitante

Los propios vecinos definen a La Coromoto como una “comunidad desasistida” en líneas generales, y esto porque se quedó en el olvido. Así lo consideran al evocar que desde hace muchos años ninguna autoridad hace acto de presencia en el sitio, ni tampoco se pronuncia con respecto a sus habitantes.

-Por eso es que las necesidades están a la orden del día -dijo Flor Camacho -. El descuido está a la vista de todos. Principalmente la laguna de aguas negras, la falta de vías de penetración, alumbrado público, agua potable y la culminación de algunas viviendas.

«Queremos que la ciudadana gobernadora Lizeta Hernández y alcaldesa Loa Tamaronis se den una vuelta por la comunidad». Camacho dijo que ya hay muchos niños con diarrea, problemas respiratorio y erupciones en el cuerpo.

Los vecinos aprovecharon la presencia de El periódico del Delta en La Coromoto para denunciar la falta de gas que vienen sufriendo desde hace meses. «No queremos protestar en la calle, pero queremos que se nos escuche», culminó.

Una calle
Yorbis camacho al fondo señala la proximidad de la laguna de aguas servidas y los niños los más afectados
La laguna
Así viven los vecinos

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