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Tucupita.- Muchos trabajadores ambulantes que hacen vida en el centro de la ciudad, hacen parte de uno de los sectores más golpeados por la pandemia, no solo por la crisis de la salud que atraviesa el mundo, sino por los efectos económicos que se generan en el país.

Luis “el bollero”, sale todos los días en su triciclo desde San Rafael y recorre todas las calles y avenidas de Tucupita, vendiendo bollos, cachapas, y hallacas. Es una profesión que ha mantenido por más de 21 años al servicio de los deltanos, pero en tiempo de pandemia se ha visto limitado.

Luis recorre toda la ciudad vendiendo sus «bollos»

Este trabajo le ha permitido mantener su hogar, pero ahora sus ingresos son completamente incomparables ante de las medidas impuestas por las autoridades gubernamentales, le contó a El Periódico del Delta, como ha sobrevivido a esta crisis sanitaria.

“La pandemia es algo delicado que nos afecta; pero hay que luchar todos los días para sobrevivir cada quien a su manera. Por los momentos a mí me han dejado trabajar tranquilo; pero soy consciente del riesgo que hay en la calle, por ahora estoy vendiendo por encargo y me regreso a casa”, dijo.

Aunque es consciente de que debe cuidarse y cuidar a su familia, dice que tanto el cómo su esposa están preocupados porque si el periodo de cuarentena se alarga, su situación puede agravarse, más allá de la pandemia. 

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