En el Delta ya no brilla la luz perpetua para los difuntos

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En ataúdes de cartón y el carro fúnebre es el camión de la basura

Los waraos pasan trabajo para resolver la vida diaria, pero también para sobrellevar la muerte. El alto costo, la escasez de materiales aunado a esto la pandemia del coronavirus complican la adquisición de ataúdes y mucho más aun solicitar la ayuda gubernamental, por lo que están improvisando ataúdes de cartón y la única ayuda que reciben del gobierno es que lleven el cadáver hasta el cementerio en un camión del aseo urbano.

Muchos dolientes hacen malabares buscando y tramitando un ataúd y como pagar la fosa en el cementerio, no hay velorio debido a la cuarentena por tal motivo van directo al cementerio.

La grave crisis que vive Venezuela se ve reflejada también en el sector más vulnerable, los waraos, el cual ha tenido que optar por alternativas “inusuales” y utilizar urnas de cartón o caja ecológicas.

Hoy jueves 7 de mayo del 2020, fuimos testigos de la realidad que padecen los waraos en el Delta cuando una familia de El Caigual le fueron a dar cristiana sepultura a una niña de cinco años que llevaba una semana en la morgue y no hallaron apoyo en su solicitud de una urna.

No tienen dinero para pagar un ataúd de madera, mucho menos para comprar un terreno en un cementerio. Ahora las familias le dan santa sepultura a sus muertos en una caja improvisada sin tapa y para colmo los trasladan hasta el cementerio en un camión del aseo urbano.

En el país, ya no hay despedidas dignas, morirse puede costar una fortuna. En Venezuela ya no brilla la luz perpetua para los difuntos.

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