Tucupita, 17 de julio 2019|Mercedes Marín. Ya pasan de los 30 días en que se tuvo el servicio telefónico en un amplio sector del casco central.
Se desconoce la razón de la lentitud que se le impone a estas labores.
Lo cierto es que una “maraña” de cables se encuentran sacando de la normalidad, lo que pudieran ser una cotidianidad que se perdió.
Varias empresas requiriendo el servicio de Internet para realizar los enlaces con las propias instituciones del Estado deben servirse de “cyber cafés” para poder cumplir con normativas impuestas pero que se hace cada vez imposible cumplir por la tardanza al resolver una avería.
A esto se le suma las múltiples coincidencias entre comerciantes y empresarios de la capital deltana que han sido abordados por supuestos trabajadores de la empresa telefónica para solicitarles el pago de 50 dólares para resolver su pesadilla.
Ni hablar de las familias que habitan en las inmediaciones del centro de la ciudad, quienes también se quejan de cobros exagerados por presuntos empleados de la principal empresa prestadora de este servicio.
Como es tan frecuente la coincidencia, valdría la pena corroborar para ver qué está pasando con estos supuestos cobros.
Mientras tanto el servicio se continúa cancelando con pasmosa “religiosidad”.