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Crisanto Gregorio León

No entendía aquel hombre, la circunstancia por la cual, aun siendo eficiente y colocando al servicio de aquella entidad sus conocimientos para el desenvolvimiento transparente de los procesos y aportando respuestas éticas a las problemáticas que se le presentan para su análisis y resolución, sin embargo se le mantenía a distancia, con cautela. Había una aprensión hacia él, que no lograba deducir.  No alcanzaba atinar aquel empleado la circunstancia por la cual no conquistaba calar en aquel círculo, no había ósmosis hacia aquellos a quienes prestaba su quehacer profesional.

Parecían gente normal, pero experimentaban cambios bruscos de ánimo diariamente, lo que por la mañana era alegría y excitación por la tarde se convierte en tristeza y frustración y viceversa. Se mostraban depresivos, irritables, con falta de atención, con patrones del sueño alterado y grandiosidad. Cualquiera con una mínima información sobre las enfermedades mentales, diría que son bipolares.

Pero es que estas características nos alejan de la realidad que padecen, se trata de gente disfrazada en un mundo lleno de complicidades. Algo así como, “el diablo los hizo y ellos se juntaron”

Y es que tienen un discurso de corrección, pero la realidad hace estallar otras vicisitudes. Es la práctica deshonesta para ellos y la sanción para quien pretenda “descubrir sus negocios”. Aquí la honestidad desentona. Les molesta la gente honorable, pero las toleran por conveniencia mientras no se acerquen a sus realidades oscuras. Usan a la gente íntegra para adornar sus apariencias con decencia y virtud, pero todo acomodaticiamente para mantener un perfil disimulado.

Al fin descifró nuestro personaje, el enigma por el cual el círculo está cerrado para él, porque la honestidad desentona en ese ambiente, que no sea para dar discursos falsos de rectitud, pudor y moderación;  porque es el círculo de los corruptos y sus miembros ya se conocen recíprocamente y tienen tasadas sus ventajas y prebendas y el redondel está lleno que no sea para jactancias y prepotencias de las ganancias mal habidas.

La plaza está ocupada por el círculo de los corruptos, allí la honestidad desentona…

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