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Cada día es más común el cobro de vacunas a los indígenas que se desplazan por las aguas del Orinoco.

“Desde hace varios años se ha venido observando todo tipo de malicia que cometen los militares con los  viajeros en el río Orinoco, pero últimamente lo hacen de manera descarada”.

Así lo contó Mary Carmen, oriunda de la zona de Winikina, de la parroquia Manuel Renaud, quien agregó que el cobro de “vacunas” por parte de efectivos militares se ha vuelto una práctica común a la que son sometidas todas las embarcaciones waraos  que se trasladan  por el río padre.

De acuerdo a sus declaraciones, actualmente les están exigiendo de 500 a 600 dólares a todas las curiaras que van bajando desde los puertos de Tucupita, Barrancas o San Félix hasta el municipio Antonio Díaz con tres o cuatro tambores de combustible. “Muchos son detenidos por no pagar”, dijo la señora Mary Carmen.

Se pudo conocer que en Barrancas, estado Monagas, actualmente existen más de 30 embarcaciones retenidas y los dueños de las mismas están encarcelados, mientras sus allegados están pasando hambre y todo tipo de necesidades, mientras gestionan una solución legal para su liberación.

También aseguró que las comunidades indígenas del bajo Delta se están quedando aisladas por la falta de transporte y combustible, pues 3 o 4 tambores de gasolina de 220 litros no son suficientes para cumplir con las faenas diarias de los waraos, que tienen que  trasladarse de un sitio a otro en recorridos de kilómetros entre ríos y caños.

Las autoridades indigenistas de Monagas y Delta Amacuro conocen de la situación, pero no ha habido ninguna medida para poner fin al cobro de la vacunas, ni conseguir la liberación de las embarcaciones e indígenas que permanecen detenidos.

PRENSA KAPÉ KAPÉ

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