Tucupita.- Efectivos militares ultimaron este lunes a tiros a por lo menos una niña y a una mujer embarazada cuando viajaban en una embarcación.
El ataque ocurrió en un caño cercano a la comunidad de Mariusa parroquia Juan Millán del municipio Tucupita, informaron familiares de las víctimas.
Este hecho, ocurrió hace tres días, cuando una familia de la etnia warao se trasladaba a bordo de una embarcación hasta la comunidad de Mariusa, en el que iba un estimado de 20 personas que partieron desde Las Lagunas después de buscar agua dulce para tomar.

Uno de los sobrevivientes de este hecho, identificado como Jari Wilmer Pérez Pérez, dijo, “nosotros fuimos a buscar un poco de agua para tomar en un sector conocido como Las Lagunas porque en Mariusa no hay”.
“Cuando veníamos de regreso dos hombres de nacionalidad trinitaria que iban en un bote más grande nos dieron la cola para aliviar la carga de la curiara donde iban 9 personas entre niños y adultos y además llevábamos el agua”.
Más adelante, la otra embarcación, donde viajaban 11 pasajeros aproximadamente, que también transportaban agua se embarcaron para llegar a tiempo a Mariusa.
Una vez recorrido un buen trecho, fueron interceptados por una embarcación de la GNB “nosotros levantamos los brazos y nos identificamos como waraos ante los efectivos militares, los cuales, encapuchados, quienes sin mediar palabras procedieron a dispararnos sin importarles que iban mujeres y niños a bordo, logrando herir a una joven de 22 años de edad de nombre Belkis Mendoza, embarazada de 6 meses, alcanzada por un proyectil con entrada y salida en el área del torso.

También resultó herida por una bala en el torso una menor de 6 años, de nombre Samaritana Mendoza, y un hombre identificado como Edgar Pérez, de 42 años resultó herido con un tiro en un pie.
Los afectados alegan que los militares se negaron a brindar ayuda de inmediato, sin embargo, una vez reconocido el incidente, al notar que los afectados no eran delincuentes, fueron llevados hasta Pedernales para recibir atención médica y posteriormente los cadáveres fueron trasladados a la morgue de Tucupita.
La denuncia fue formulada ante el Cicpc y en la fiscalía del Ministerio Público del estado Delta Amacuro.
“Nosotros no somos delincuentes”, aclaró. Tampoco creemos que nos hayan confundido con alguna banda delictiva.
“Queremos que se haga justicia”. Todos estamos angustiados y desesperados señalo Palacios Quiñonez, esposo de la joven asesinada.
