Tucupita. Lo que llaman “Polideportivo Pinto Salinas”, para la gran mayoría de los deltanos ese nombre le queda muy grande a lo que a simple vista allí se asemeja.
La realidad es que este espacio deportivo tiene tan mala suerte, que desde su construcción se ha mantenido siempre en el abandono.
Al parecer en el Delta no hay voluntad política hacia el deporte, mientras nuestros gobernantes se hacen alucinaciones de guerra, el consumo de drogas cada día le gana la batalla a la juventud.
A pesar que sobrevive con temerosos intentos de rescate, puede vanagloriarse de llenar gloriosas páginas de la historia del deporte regional.
Este año ha sido sometido a un maquillaje que le cambió la faz en buena parte de su vetusta estructura. Indeda, limpió parte del dañado campo de fútbol, sin embargo, merece mayor atención; pues su valor histórico lo demanda.
Para el dirigente deportivo, Alberto Marín, “el deporte deltano está más abandonado que nunca”, lamentando que “lo único que les interesa a las autoridades regionales del deporte son las fotos”.
En este sentido, subrayó que estos doce años de gobierno socialista se traducen en “menos equipos, clubes, y organizaciones deportivas, cero inversiones en infraestructuras, y una serie de obras inconclusas”, indicó.
Asimismo, declaró “en los últimos años, el deporte se le ha ido al gobierno regional en puros planes de recuperación. Es más, lo que vive el Polideportivo Pinto Salinas, es otra de su vergonzosa negligencia”, afirmó.
“La infraestructura está cada vez más venida abajo, las gradas representan un peligro para las personas que asisten a este recinto. El campo a pesar de que fue limpiado no reúne las condiciones para jugar”, dijo.
Por último, responsabilizó al gobierno que gerencia la doctora Lizeta Hernández, por las irregularidades presentadas en este escenario, como la instalación de un sistema de iluminación, no acorde a las normativas de un área de juego.
REDACCIÓN