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Tucupita. Para una sociedad, que se caracterizó antes del gobierno de Maduro, por ser consumista, se hace cada vez más complicado comprar cualquier tipo de zapato, incluso el más barato.

En tiempos de crisis, el deseo por comprar un par de zapatos se esfuma cuando las personas ven los elevados precios en las pocas zapaterías que quedan en el casco central de Tucupita.

Ayer domingo en horas de la mañana, el equipo reporteril de El Periódico del Delta, recorrió la ciudad y pudo observar la tristeza que mostraban muchos deltanos al mirar los precios de los calzados.

En los últimos meses, las ventas en las zapaterías se han visto afectadas y los dueños sostienen que han disminuido en un 80% e incluso se tuvo que hacer una reducción total de personal.
Luisa Rivera, dueña de una zapatería, expresó que la situación del país es tan difícil que para un deltano es imposible estrenar un par de zapatos.
Con el tema de las ventas señaló que “cada día están peor, ya no hicimos más pedidos porque todo es en dólar, pues por más que tratemos de mantenernos a flote los proveedores aumentan de precio constantemente y ya no tenemos las mismas ventas”.
Declaró que con los precios se ha vuelto casi imposible cubrir los gastos operativos y hay que hacer “milagros” para cancelar las deudas. “Nosotros aquí tenemos precios que no son tan elevados y aun así nos cuesta vender”.
Cada día más pobres

Al igual que miles de venezolanos, muchos deltanos se enfrentan a la difícil situación de no tener cómo comprar ni siquiera un par de zapatos de baja calidad, cuyos precios oscilan hoy entre los 200 mil soberanos dependiendo la marca.

José Daniel Mirabal, al igual que muchos tucupitenses camina por las calles de Tucupita, con los zapatos rotos; una cruda expresión de la crisis del país con las mayores reservas petroleras del planeta.

Mirabal, es un reconocido albañil de la ciudad y portaba al momento de ser entrevistado unos zapatos con suelas casi inexistentes. Indicó que durante este tiempo ha conseguido calzados “regalados”, y afirmó que desde que empezó la crisis, “hace cuatro años”, no sabe lo que es unos zapatos nuevos.

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