Por no contar con un techo donde cobijarse con sus cinco hijos pequeños, la señora Mariannely Marcano, tuvo que verse obligada a ocupar provisionalmente las ruinas de la edificación que se construyera para un Bicentenario en las adyacencias del caño de Araguaíto, donde vive casi a cielo abierto porque a ésta sede le llevaron el techo y todo lo que le habían suministrado para el funcionamiento de este establecimiento en esa inhóspita zona de la selva deltaica.
Allí le hace frente a la vida en su lucha por la subsistencia, sin trabajo, sin la ayuda y sin la misericordia de nadie, pero confiada en Dios Todopoderoso que algún día le abrigará con sus bendiciones, al estar urgida de una vivienda, de un trabajo y de otros medios que le proporcionen un futuro digno de un mejor vivir.
JOSÉ ÁNGEL GASCÓN