Hay a quienes les importan un bledo como los perciben las otras personas, pues se comportan con modales educados según les convenga el prójimo y según les convenga la ocasión. ¿Y qué? Se dicen a sus adentros.
Vemos personas que por sus trabajos por ejemplo deberían ser modelo de educación y de buenos modales, pero son acomodaticiamente selectivos dependiendo de con quiénes quieran aparentar y mantener una imagen, así sean la vergüenza de sus almas y la ira de Dios, por eso de que “amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo”. Y en ese desfile de camaleones, los buenos modales son como una señal discontinua de wifi, a veces hay y otras no.
Incluso olvidan que el ser humano tiene una visión binocular, que su campo visual está determinado por la parcela de la realidad que capta el ojo cada vez que hace una panorámica del entorno y la amplitud del campo visual humano abarca más o menos 180 grados. Pues bien “los camaleones humanos” levantan a modo de rascacielos, incluso barreras inmateriales que solo se las creen ellos mismos, dando por hecho que las demás personas no las pueden ver y en esa fantasía demencial se creen invisibles y escondidos en su burbuja imaginaria y por tanto autorizados y justificados para ser abiertamente patanes , palurdos y mal educados . Demostrando que los manuales de urbanidad los han usados para otras higienes pero nunca para ser mejores personas ni mejores ciudadanos ni para ser mejores seres humanos.
Hay incluso barreras trasparentes, como los vidrios que separan a la gente de quienes deben atender al público. Pues bien, estos aditamentos mágicos poseen la particularidad de transformar en sordas y en mudas a las personas que están detrás de ellas. Nunca ven nada y nunca oyen nada que no sea el pretexto para hacerse los desentendidos.
El problema con las personas que no tienen normas de urbanidad, es que se creen sobradas en todo. Hacen una aplicación selectiva de ciertos resabios en el trato, para aparentar tener sociabilidad, pero nunca han asimilado un manual de cómo comportarse en sociedad.
Abogado / escritor.