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Venezuela está en un trascendental momento histórico para recuperar la vigencia de la constitución, y la libertad de su pueblo; son millones de personas que exigimos elecciones libres con un nuevo CNE y con observadores  internacionales, para elegir un nuevo Presidente, y todos los cargos de elección popular.
Ha nacido nuevamente la esperanza, notamos que soplan vientos de cambio, que recorren cada rincón de Venezuela. Demasiadas familias con un salario de hambre;  demasiadas personas, muchas de ellas niños, ciudadanos  de la tercera edad, gente diversa en las calles,  viviendo en la pobreza extrema: demasiados jóvenes sin oportunidades, ni futuro, emigrando del país; demasiados profesionales sin empleo y comerciantes  sin interlocutores que comprendan sus problemas y les den soluciones creíbles, productores del campo que no les dejan producir; una Venezuela con una economía enferma, hiperinflacionaria y especulativa; con un gobierno que no sabe gobernar; ejemplo de fracaso y corrupción.
Hace cuatro años, el 06 de diciembre del año 2015, catorce millones de venezolanos votaron y eligieron una nueva asamblea nacional depositaria de la soberanía popular como reza nuestra constitución. Elecciones donde resultó victoriosa la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), con 112 diputados de los 167 diputados de la Asamblea Nacional (56,2% de los votos), y la primera victoria electoral de peso para la oposición en 20 años de “revolución” y socialismo del siglo XXI.
Resultados que sorprendieron al gobierno socialista del PSUV, que a pesar de su ventajismo fue derrotado por las fuerzas unitarias del pueblo venezolano; lo que desencadenó una emergencia en las filas oficialistas para frenar y anular las competencias constitucionales de la nueva asamblea nacional con mayoría opositora. Y fue así como desde el gobierno se da un primer paso, y el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) suspendió la proclamación de los 03 diputados electos en la tarjeta Mesa de la Unidad Democrática (MUD) por  el estado Amazonas, violando la soberanía popular, el debido proceso y la constitución de la república, para romper con la mayoría calificada de diputados opositores.
El segundo ataque contra la asamblea nacional fue también dictado por el TSJ chavista, al declarar  en “desacato” a la asamblea nacional para intentar borrarla de la constitución durante el período 2016-2021, pero no han podido por cuanto los diputados han dado la cara por Venezuela, sin presupuesto, ni salario, pero con el compromiso firme de  lograr junto al pueblo que nuestra constitución no pierda  su validez, y  colaborar en la recuperación  de su efectiva vigencia, y  lograr el restablecimiento de toda autoridad usurpada por ineficaz y por la nulidad de sus actos.
 Es importante saber, que el desacato es propio de las dictaduras, adoptado en el antiguo derecho romano, como un mecanismo de protección para favorecer al emperador de turno. Ante la ausencia del estado de derecho, junto al colapso político, económico y social, factores que han debilitado progresivamente al pueblo venezolano, y que desde la asamblea nacional, junto a su Presidente, diputado Juan Guaidó, estamos comprometidos con Venezuela para lograr la  transición democrática, que el pueblo quiere y demanda.
Freddy Paz
@freddyspaz

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