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“El problema no es con los comercios, no tengan miedo que nosotros no nos vamos a meter con ustedes, el problema es con estos que nos quieren quitar el derecho a trabajar”, dijeron “bachaqueros” refiriéndose a los policías

Tucupita.- Los disturbios que suscitaron ayer en horas de la mañana entre los comerciantes informales y los entes de seguridad, turbaron a los dueños de comercios que durante el “enfrentamiento” tomaron la decisión de bajar las santamarías de sus locales y cerrar hasta las dos de la tarde que volvió la normalidad a la ciudad.

El equipo reporteril de El Periódico del Delta presenció el enfrentamiento y en medio del mismo los sujetos implicados gritaban: “El problema no es con los comercios, no tengan miedo que nosotros no nos vamos a meter con ustedes, el problema es con estos que nos quieren quitar el derecho a trabajar”, refiriéndose a los policías.

No obstante, una ola de incertidumbre se hizo sentir en todo el centro de la ciudad. Según Rafael Hernández, dueño de un comercio de fotocopias ubicado al frente de la plaza Bolívar, declaró: “Nosotros cerramos porque vimos a mucha gente corriendo y entendimos que algo “malo” estaba pasando, entonces para prevenir tomamos la decisión de bajar las santamarías y enseguida nos llegó el humo lacrimógeno”.

Esa fue la misma sensación que tuvo Luis Alberto García, optometrista reconocido en la ciudad por su labor. “Estaba cerrado en la esquina del puente y la vez pasada la gente corrió a la plaza, se metieron con la peluquería de al lado de mi local, al igual en la panadería, además rompieron los vidrios de la Gobernación y no sabíamos si esto podía volver a suceder”.

Pese a que la situación tensa fue en calle Bolívar a la altura de calle Mariño (a una cuadra de la plaza), panaderías, zapaterías y farmacias del centro estaban cerradas; hasta el personal de la Gobernación fue despachado.

Como informó José Quijada, quien se encontraba en la entidad. “Nos dijeron que nos fuéramos porque había problemas y lanzaron bombas lacrimógenas”, acotó.
Por su parte, María Zorrilla explicó en medio de su paso apurado: “Voy rápido a buscar a mi hijo al colegio, porque se presenta algo y no podrán salir los estudiantes ya que el colegio está en todo el medio”.

Tras caer la tarde la situación cambió para bien, los comercios se encontraban abiertos normalmente y las personas se veían tranquilas en su andar.

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