Compartir

Dr. Abraham Gómez R.

Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua

abrahamgom@gmail.com

Nuestra lucha, como esequibistas, ha sido indetenible e incansable.  Las actividades que, por años, hemos desplegado en todas partes, para fundamentar el reclamo de Venezuela sobre la Guayana Esequiba adquieren carácter de recurrentes e inagotables.

Reconocemos el elogiable trabajo, en idéntico sentido, de la Academia Venezolana de las Ciencias Políticas y Sociales; de la Comisión Especial de Defensa del Esequibo de la Asamblea Nacional; de las diversas Fundaciones y Organismos No Gubernamentales que priorizan en sus agendas de trabajo este tema-tópico que debe concitar la opinión unificada y la solidaridad de todo el país.

Extendemos, permanentemente, nuestra palabra de estímulo para las Fundaciones: Venezuela Esequiba, Amigos del Esequibo; para el Instituto de Estudios Fronterizos de Venezuela; así también la ONG, Mi mapa de Venezuela; para el Movimiento Nacional al Rescate del Esequibo, el Observatorio Regional de Educación Universitaria ( OBREU-Delta Amacuro), en fin para quienes asumen, individual o institucionalmente, como asunto propio y digno esta lid reivindicadora de la séptima parte de nuestra geografía nacional, que nos fue vilmente arrebatada, mediante el ardid tramposo del Laudo Arbitral de París, del 3 de octubre de 1899; sentencia que siempre hemos  considerado nulo e írrito.

Constancias expresas hemos dejado, de manera reiterada, en los medios, en las conferencias en las universidades y otros entes, de sucesivas advertencias a las autoridades de la Cancillería venezolana; con la severa advertencia:  quedarse callados, sin hacer las denuncias oportunas y contundentes; o permitir que los gobiernos guyaneses dieran ( y sigan dando) concesiones a empresas transnacionales para la exploración, explotación y comercialización de los vastos recursos que tiene la Guayana Esequiba, en el territorio y en su proyección atlántica; todas estas omisiones conspiran contra nosotros en los reclamos que históricamente hemos hecho de esa zona. Se puede llegar a interpretar como desistimiento de nuestra causa.

Conforme al Derecho Internacional Público, se paga bastante caro si se guarda silencio (Principio de Aquiescencia) ante hechos arbitrarios, agresivos u ofensivos de un Estado frente a otro.

El País está consciente que entre los Esequibistas nos comunicamos las inquietudes al respecto. Aflora en  nosotros una común y compartida inquietud, que se manifiesta en interrogantes del tipo: por qué quienes tienen las competencias en materia de Relaciones Exteriores; particularmente en lo atinente a la Guayana Esequiba, no convocan a las mejores capacidades de compatriotas, densamente formados, para diseñar las expeditas estrategias tanto para discernir, por la vía del Forum Prorogatum, en la Corte Internacional de Justicia o apelando a la No Comparecencia. Para ambas determinaciones se requiere una Nación unida.

Nos llama la atención que siendo, como lo volvemos a mencionar, un asunto de Estado haya tanta opacidad y displicencia por parte de quienes manejan la Política Exterior en nuestro país.

No es poca cosa la Pretensión Procesal de Guyana; y detrás de ellos, incontables empresas transnacionales en una lúdica de intereses de múltiples aristas.

Mientras tanto, el gobierno actual de la excolonia británica continúa entregando concesiones, a diestra y siniestra, a las empresas transnacionales para que se instalen en la Zona de Reclamación o en su proyección marítima.

Esta semana, una empresa qatarí recibió la permisividad del presidente David Granger para incorporarse a las labores de explotación, ilegal y abusivamente, de nuestros recursos, contrariando el contenido del Acuerdo de Ginebra de 1966.

Deja un comentario