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Unas seis embarcaciones que conforman un sofisticado confort para un viaje lleno de comodidades que brindan tranquilidad y recreación turística durante el recorrido por aguas territoriales y atlánticas, son las que semanalmente zarpan desde el pequeño muelle frente al comando de la Guardia Nacional hacia la isla de Trinidad y Tobago.

Hacia esta isla caribeña es a donde más están emigrando los deltanos y de otras regiones del país en la búsqueda de nuevos horizontes y con perspectivas positivas que les garanticen un mejor vivir y una estabilidad económica cónsona con las exigencias de la actualidad.

La información emitida por fuentes confiables involucradas en el desarrollo empresarial que auspicia la actividad del transporte fluvial que cumple con tan importante retos que lleva al acercamiento entre aquella isla, Pedernales, la capital deltana, y con Venezuela, lo que debe permitir una mejor relación bilateral entre ambas naciones, y el asomo de la oportunidad de volver abrir el consulado, como cuando el entonces gobernador Emilio Clavel Tenorio, cuya sede tuvo ubicada en la calle Mariño de Tucupita.

Solo faltaría activar las diligencias y estimular las voluntades para que estos acuerdos vuelvan a establecerse entre ambas regiones, lo que fortalecería el intercambio turístico, cultural, económico, deportivo y de otras importantes índoles entre ambas naciones.

Al mismo tiempo añadió la fuente que actualmente realizan estos viajes, las empresas Ángel del Orinoco, con dos viajes a la semana; así como El Poseidón, Virgen del Valle, Mazo de Flores y Mi Sintia entre otras flotas, que navegan en un recorrido de cuatro horas.

JOSÉ ÁNGEL GASCÓN

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